lunes, 17 de enero de 2011

La razón incorpórea. Corren malos tiempos para la lírica.

No. Lo cierto es que no corren buenos tiempos. Ni para la lírica, ni para la estética y aún menos para la ética. Puede, por ello, que sea buen momento (¿o no?) para iniciar un blog dedicado a dos temas hoy políticamente incorrectos: el flamenco y los toros. Con el primero ya sabemos lo que quieren hacer -y siempre han hecho- los poderes públicos (No hace falta repetirlo lo explicó magistralmente Demófilo, el padre de los Machado). Con los toros ya sabemos también a lo que aspiran los sectores bienpensantes de este país.

Este blog se inicia además con dos advocaciones: Joselito el Gallo y Antonio Mairena. No es casualidad. Los dos son gitanos, los dos fueron magníficos e insuperables profesionales y, sobre todo, los dos eran excepcionales aficionados. De los aficionados fetén, de los no excluyentes. José (José en los toros será siempre Joselito) era un decidido amigo y admirador de Juan Belmonte, su máximo rival y competidor. Antonio Mairena, por su parte, era capaz de desplazarse unos cientos de kilómetros por escuchar cantar a cualquiera en algún pueblo pérdido de Andalucía.

Ahora, cuando cualquier afirmación se hace a base de negaciones, parece oportuno reivindicar ese otro discurso construido a base de la suma de diferentes aportaciones. Hay un dicho taurino que dice que "el mejor torero es aquel a quien más toros le caben en la cabeza". Un crítico taurino, parafraseaba diciendo que "el mejor aficionado es aquel a quien más toreros le caben en la cabeza". Afirmación válida y extensible también para el cante.

Por ahí van a ir los tiros de este blog.






1 comentario:

Luis Miguel López R. dijo...

En primer lugar transmitirte mi más sincera felicitación por el blog que has montado. Por su calidad, por la interesantísima documentación, conocimientos y sabiduría que transmites en tus comentarios, por el fondo y profundidad de las cuestiones planteadas, por el respecto con que tratas todos los temas… por tu afición, tiempo y dedicación a tus dos grandes pasiones: Los toros y el flamenco. Y como aficionado, sólo se me ocurre una palabra “GRACIAS”. Si hubiera muchos aficionados como tú y muchos blog como este, otro “Gallo” nos cantaría. Has marcado claramente el camino, “información, mucha información y afición, mucha afición”. Los cambios profundos, se deben fomentar desde los cimientos, no desde el tejado como proponen los altos estamentos taurinos, como el tan traído y llevado paso de los toros a cultura. La cultura no está en los ministerios, está en las personas. Con ello no quiero decir que el “traspaso” no tenga su punto de importancia, pero si quieren fortalecer y cambiar la fiesta de verdad, la clave está en lo primero. Si “los taurinos”, todos unidos, fueran capaces de crear una afición, fuerte, informada, numerosa, a ningún político de turno se les ocurriría “jugar” con la Tauromaquia.
Por todo ello. GRACIAS JOSÉ.