lunes, 28 de febrero de 2011

Ha muerto Pepín Martín Vázquez

 
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Ha muerto en Sevilla, a sus 83 años, Pepín Martín Vázquez Bazán.


Era torero de dinastía. Hijo de Curro Martín Vázquez (pundonoroso estoqueador) y sobrino de Manuel. Hermano de Manolo y Rafael.
 
Curro Martin Vazquez 
Curro Martín Vázquez
 
Vemos a Curro Martín Vázquez en Barcelona, en la corrida de homenaje a Florentino Ballesteros en la suerte en la que descolló; la estocada:
 
Curro Martín Vázquez-Estocada

Pepín tomó la alternativa en Barcelona, el día 3 de septiembre de 1944, de manos de Domingo Ortega y con Pepe Luís Vázquez y Carlos Arruza de padrinos.
 
El toro de la alternativa se llamaba “Partidario” y era de la ganadería salmantina de Alipio Pérez T. Sanchón (la “T” del apellido Tabernero, que omitía en los carteles por respeto a su hermano Graciliano, ganadero también). Había debutado con picadores sólo un año antes también en Barcelona.
 
museo%20taurinoPepín con Manolete y Rafael Gitanillo
 
Triunfó de forma arrolladora en la feria de Sevilla del año siguiente. Confirmando la alternativa en Madrid pocos días después con reses de Montalvo y con Pepe Bienvenida y Morenito de Talavera.
SIN_TT~1 Un pase por alto en la Maestranza
Su carrera parecía meteóricamente triunfal, pero le empezaron a coger muy fuerte los toros. Uno de Fermín Bohórquez le destrozó la fosa ilíaca en Madrid. En agosto del 47 recibió la tremenda “cornada de Valdepeñas” que pasa por ser una de las cornadas  más fuertes en la historia del toreo (dijeron que era más grave que la que unos días después le costaría la vida a Manolete) y que prácticamente acabaría  con su carrera.
 
El año 48 le coge un toro de Buendía en la axila. En el 49 sufre otra cogida en Peñaranda de Bracamonte (de donde se dice que era el toro Barbudo que mató a Pepe-Hillo, el de la primera Tauromaquia). Ese invierno en las Américas le cogería otro toro en la plaza de Lima.
 
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Por Gaoneras
 
Toreó ya muy poco y se retiró definitivamente en febrero de 1952 en Caracas. Toreaba con Jumillano y César Girón.
 
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Un natural pleno de torería y naturalidad
 
Duró muy poco tiempo en los ruedos, pero dejó una gran herencia. Fue un torero muy importante y es de los toreros que mejor han aguantado en las imágenes filmadas. Por ello vamos a visionar algunas escenas taurinas de Currito de la Cruz donde se incluyen imágenes de varias corridas suyas en las que destaca por su toreo muy pausado y adelantado a su tiempo. Es un torero muy moderno, incluso visto desde la perspectiva de hoy día.
 
 
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Otro natural pleno de sencillez. ¡Qué fácil parece torear viendo estas imágenes!
 
Dice Don Ventura que fue torero garboso, con gracia y nervio y que sabía llegar al público. Lo define como torero de gran personalidad, pero que “no pudo resistir los embates del infortunio y renunció a seguir toreando
 
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Con la derecha, muy erguida la figura pero con mucha elegancia y garbo

Transcribo la conversación de Pepe Luís Vázquez para Luís Nieto y que publica el Diario de Sevilla.

Para Pepe Luis, "Pepín tenía mucha calidad. A mí, como no me gusta etiquetar a los toreros en escuelas, no puedo hablar de que su toreo fuera sevillano. Lo que considero es que se puede hablar de buenos o malos toreros y Pepín ha sido de los mejores. Toreamos muchos mano a mano. Recuerdo especialmente uno en la plaza de toros de Ronda, con una corrida de Concha y Sierra, en la que todo salió muy bien".

Pepe Luis explica que Pepín era muy completo, pero que brillaba especialmente "con la muleta. Algunas faenas eran sublimes. En México, en mi segundo año, en una corrida benéfica en la que toreamos con otros dos mexicanos estuvo muy bien. Creía que le darían el premio, pero, claro, fue para... un mexicano. Aquello le cayó tan mal, que salió llorando. En aquella época de grandes, toreros, con Manolete, Pepín fue uno de los mejores. Sin duda, la cornada que sufrió en Valdepeñas influyó mucho para que acabara dejando el toreo. Fue una cornada muy fuerte".

Es verdad, Pepín quedó tan tocado de su paso por el toreo y su amarga experiencia que no quería hablar de toros, salvo en raras ocasiones.
 
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Cuando estaba en activo participó en en un par de películas. Currito de la Cruz fue la que más éxito tuvo:
 
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El cartel de la película Currito de la Cruz
 
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Otra película de Pepín. Torero (Un título más apropiado para su gran categoría)
 
Una faena de Pepín.
 
Para compensar el sabor agridulce de esta biografía, de esta vida torera, vamos a ver imágenes de Pepín toreando y triunfando (están sacadas de la cinta Currito de la Cruz, pero corresponden a actuaciones en directo del torero):
 
01 Paseillo en las Ventas
02 Con el capote
03 Chicuelinas
04 De frente por detrás
05 Brindis
06 Muleta
07 Estocada
 
 
Y ahora, la faena final de su película más famosa. Torea Currito de la Cruz (Pepín) mientras su rival cinematográfico (Romerita) agoniza en la enfermería.
 
 
 
Ficha biográfica
 
Insertamos la ficha bibiográfica (nº 101) de la colección de Curro Meloja. Con la curiosidad de que está escrita en 1945, antes de la cornada de Valdepeñas. Le señala como novillero hábil, que está cuajando en un matador con más verdad.
 
 
Pepín Martín Vazquez 001
Pepín Martín Vazquez 002
 
 
Final
 
Terminamos con la imagen que más me apetece recordar de Pepín Martín Vázquez. La del torero en triunfo. Dando la vuelta al ruedo en la plaza de Madrid.
 
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(De la película Currito de la Cruz)

domingo, 27 de febrero de 2011

El toreo de Manolete (III) Cargar la suerte

 
Madrid_mayo_1916_joselitowMadrid. Joselito el Gallo carga la suerte en un natural
 
El toreo de Manolete era un toreo de línea natural, sin forzar al toro, dejándolo venir por su terreno. Rara vez, el torero de Córdoba, por tanto, cargaba la suerte (en el sentido con el que hoy se define el término).
 
Como quiera que hoy día se concede al hecho de cargar la suerte  una importancia que creo no ha tenido en ningún momento de la historia del toreo, esta ha sido quizás una de las claves fundamentales de la crítica al toreo de Manuel Rodríguez y de la valoración tan negativa que se hace del mismo.
 
Cargar la suerte ¿piedra angular del toreo?
 
Hoy se considera cargar la suerte (entendido el concepto de forma harto discutible como avanzar la pierna de salida) piedra clave, no de un concreto modo de torear, sino del único modo de torear posible.
 
Esta valoración es la que sostenía el crítico taurino, ya fallecido, del Diario El País, Joaquín Vidal.
 
Creo que es interesante revisar lo que dice Vidal, por varios motivos. Primero por su magnífica pluma; segundo, por su acendrado anti-manoletismo y tercero por la influencia que sus opiniones han tenido (y siguen teniendo) en un importante sector de la afición.
 
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Joaquín Vidal (Santander, 1935-Madrid, 2002)
 
Antes de transcribir sus opiniones me parece importante situar su figura, para evitar equívocos. Y, en ese sentido, Joaquín Vidal, me recuerda mucho a José Sánchez de Neira, uno de los insignes y más prestigiosos críticos del siglo XIX.
 
Comparten idéntico rigor en la valoración del toreo de sus respectivas épocas y el ensalzamiento de los tiempos pasados. Juega a favor del crítico de Santander, su mejor y más ágil pluma. Por contra, Sánchez de Neira le supera con creces en conocimiento de la técnica del toreo, siquiera estos conocimientos, en ambos casos, se mantienen en un plano doctrinal.
 
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La obra cumbre de Sánchez de Neira.
Su Diccionario taurómaco
(El Cossío del siglo XIX)
 
El texto que mejor resume las opiniones de Vidal sobre el toreo de Manolete y el concepto cargar la suerte  es, quizás el publicado en 1988 por Espasa Calpe, titulado “40 años después” (40 años después de la muerte de Manolete) y que incluye el resumen de la temporada de 1987.
 
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Portada del libro de Vidal
(1ª ed., Madrid, Espasa Calpe, 1988)
con la imagen de Rafael de Paula
en una verónica de excepcional estética, aunque sin apreturas
 
Es curioso que Vidal niega el pan y la sal al toreo del diestro de Córdoba (a quien no ha visto) y propone que el único modo admisible de torear es el de Juan Belmonte (a quien tampoco vio) con un radicalismo y vehemencia inexplicables. Se trata en todo caso de un discurso teórico, pero que ha generado escuela:
“Si Belmonte revolucionó el toreo con una nueva concepción interpretativa, en cuya arquitectura cargar la suerte era la piedra angular. Manolete lo contrarrevolucionó con otra de sentido radicalmente contrario: lo que aportó Belmonte a la tauromaquia lo quitó Manolete…la escuela belmontista (no confundir el término con “estilo abelmontado”) tuvo vigencia plena, indiscutible y exclusiva desde poco antes de los años veinte hasta poco después de los cuarenta y, a partir de aquí, hubo de ceder espacio a la norma manoletista (no confundir el término con “estilo amanoletado”)… En el civilizadísimo año de 1987, el manoletismo esencial impone su canon (quizás sea en realidad, anticanon) mientras el belmontismo cae en desuso y está en trance de desaparición).
Hay varias cuestiones que son discutibles. Uno, que lo de Manolete sea contrarrevolución del toreo de Belmonte (no es lo que pensaban los críticos de la época); Dos, que el concepto de cargar la suerte sea la piedra angular de la tauromaquia de Juan Belmonte (Creo que no es cierto) y tres, que la historia del toreo actual se pueda reducir a la contienda entre el modo belmontista y el manoletista (Pues hay olvido de la línea gallista, siempre fundamental, entre otras).
 
Ortega Cano 1987. Canon belmontista de Vidal 002Según Vidal, Ortega Cano es quien mejor encarnaba el canon belmontista en la práctica en ese año de 1987 (Leer pie de foto). Sin embargo, aquí está toreando muy cerca pero en paralelo, (ver los pies del torero en la foto) que es como se torea ahora; no como dicen que toreaba Belmonte.
 
En un alarde de repartidor de carnets de aficionado verdadero, que diría mi amigo Antonio Serrano (Bueno, lo que mi amigo Antonio diría es que nadie es nadie –Vidal incluido- para repartir carnets de aficionado verdadero), el crítico –Vidal- sigue definiendo lo que entiende por toreo verdad.
“(El toreo) de pata l’ante, de avanzarle el engaño al toro para traérselo toreado,  de templarlo en derredor del eje de la pierna adelantada, de rematarlo atrás (“detrás de la cadera”, solemos decir, no sé si con mucha propiedad), tan distante o tan cercano como los propios pies y la codicia del toro aconsejen, al efecto de ligar allí el siguiente muletazo, que seguirá el mismo proceso.  Todo esto … son circunloquios, pues bastaría decir “torear”, que ya la palabreja encierra la prolija descripción de la técnica, si es aficionado de verdad quien la emplea”.
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Ortega, en un magnífico pase de pecho
Cargando la suerte.
 
Manolete Toledo (agosto de 1947) 001
Y otro pase de pecho también excepcional y muy largo de Manolete
Cargando la suerte, pero en su estilo personal
(Toledo 1947)
 
Sin embargo, el concepto de cargar la suerte abriendo el compás, no parte de Belmonte, sino posiblemente de Ricardo Torres Bombita.
 
Bombita
El toreo de Bombita. Espatarrado
 
Además, Belmonte creo que no le dio excesiva importancia, para él lo importante era la famosa trilogía “parar, templar y mandar”. Y parar es lo contrario que andar.
 
Rafael de Paula (1987) 001
La belleza inmensa del toreo de un torero
de estética belmontista: Rafael de Paula
 
Quien introduce el concepto de cargar la suerte como algo esencial para cualquier sistema de toreo es Domingo Ortega, quien lo planteó  en una conferencia que dio en el Ateneo de Madrid en 1950 y que publicó la Revista de Occidente (Se reeditó en 1960 junto a otra conferencia del diestro “La bravura del toro” de ese año y con prologo de Ortega y Gasset).
D.-Ortega.-El-Arte-del-Toreo-2-ed-00
La 2ª ed. del Arte del Toreo
 
Domingo Ortega, dice:
“A mi modo de ver estos términos [Parar, templar y mandar] debieron completarse de esta forma: parar, templar, cargar y mandar:; pues posiblemente si la palabra cargar hubiese ido unida a las otras tres desde el momento en que nacieron como normas, no se hubiese desviado tanto el toreo… Bien entendido que cargar la suerte no es abrir el compás, porque con el compás abierto el torero alarga, pero no se profundiza. La profundidad la toma el torero cuando la pierna avanza hacia el frente, no hacía el costado ”
D.-Ortega--El-arte-del-toreo-Dibujo-[1]
Magnifica acuarela de un pase al natural de Domingo Ortefa (cargando la suerte)
Plumilla de Roberto Domingo en la 2ª ed. del libro de Domingo Ortega
 
Sin embargo, la opinión de Manolete, es bien distinta. Tenemos la suerte de que Manolete dejó dicho lo que pensaba sobre este tema, mucho antes, en 1945 (Número extraordinario del Ruedo del 8 de julio). Señala que para él, lo de cargar la suerte es una ventaja. Dice el torero de Córdoba al definir el pase natural:
“Para mi modesto criterio entiendo que debe darse así: en el toro que embiste no se debe adelantar la muleta, sino que hay que dejar llegar al toro hasta que los pitones lleguen como a una distancia de una cuarta a la muleta.
 
Cuando el toro está a esa distancia, entonces se le debe correr la mano con la máxima lentitud y estirar el brazo todo lo que se pueda; la pierna izquierda tiene que quedarse completamente inmóvil, y cuando el pase llega a su terminación, es entonces cuando hay que girar con la pierna derecha, hasta quedarse en posición de darle el siguiente muletazo en el mismo terreno en que se inició el primero, y así sucesivamente dar todos los que se puedan… o deje dar el toro.
 
En cambio, cuando el toro no tiene arrancada, hay que provocarla. Es entonces cuando está justificado el adelantar la mano de la muleta para llegar a provocar la arrancada, y una vez que el toro embiste, se debe hacer lo mismo que queda indicado en el otro caso.
 
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Excepcional e impresionante pase por alto de Domingo Ortega en Sevilla. Señores, hay que descubrirse.
 
Todo eso que se dice de cargar la suerte en el natural viene a ser lo mismo que el cargar la suerte en las otras fases del toreo. esto es simplemente una ventaja para el torero, puesto que se desvía más fácilmente el camino que trae el toro.Cargar la suerte, yo lo creo así, es tan sólo una ventaja. En el pase natural hay que dejar que el toro se estrelle en la muleta…”
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Manolete, sensacional, con el compás abierto pero sin cargar la suerte (en el sentido que lo define Ortega). Así se torea hoy
 
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Como por ejemplo, José Tomás
 
Yo no voy a entrar en quien tiene razón. Cada torero defiende su forma de torear y cada aficionado debe pensar como le plazca y elegir la opción que más le acomode. Sin embargo, no comparto el criterio de Domingo Ortega –que luego seguirá Vidal- intentando imponer su forma de torear como modo único y válido.
 
Ortega
El molinete de Ortega. De frente y cargando la suerte
 
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Un molinete de Manolete, espectacular
(Obsérvese donde esta el pitón derecho del toro)
 
16 ortega1 pqUna licencia de Domingo Ortega. Un pase por la espalda sin cargar la suerte
 
Sobre esto hay una anécdota significativa y definitiva. Domingo Ortega le reconvenía a Manolete sobre lo que tenía que hacer con un toro: ¡Dóblate, crúzate, dale cuatro o cinco pases por bajo y llévatelo a los medios! Y Manolete, lacónico le contestó: Mientras usted hace todo eso, yo ya le he dado cuatro naturales al toro.
 
 
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Manolete también sabía doblarse con el toro
 
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Pero lo suyo era esto: torear
 
En mi opinión, lo que es bueno para un sistema de toreo (el toreo cambiado), que es el que practicaba Ortega; no lo es para el otro sistema (toreo natural) que es el que practicó Manolete y viceversa, como con tanto acierto señalaba Pepe Alameda (ese si era gran escritor y mejor crítico). Esto no tiene justificación y además, resulta harto injusto analizar la labor de un torero de determinada cuerda desde una óptica extraña a su propio concepto del toreo.
 
Cargar la suerte en las antiguas Tauromaquias
 
Por cierto, que el concepto “cargar la suerte” tradicional de las viejas tauromaquias no es –en absoluto- el que propugna Domingo Ortega cuyo toreo se basaba en las piernas, en andarle al toro.
 
Paquiro
Francisco Montes “Paquiro”
 
Para la Tauromaquia de Montes, cargar la suerte es “el movimiento que hace el diestro en el centro de ella de bajar los brazos y meter el engaño en el terreno de afuera para echar del suyo al toro” (Toreo de brazos, no de piernas. Lo clásico –ya lo decíamos ayer- es aguantar a pie firme la embestida del toro sin mover los pies ni hacia afuera, ni hacia dentro).
 
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La Tauromaquia de Montes
 
Esto tiene su entronque en el toreo de Pedro Romero: “Parar los pies y dejarse coger”. La clave del toreo clásico es esperar al toro a pie firme, sin moverse hacia delante (lo que desvía la embestida del toro y la aparta del cuerpo del torero) ni hacía atrás (lo que acrecienta el riesgo de cogida).
 
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El cite clásico. Pedro Romero enseña a su discípulo Cúchares.
El torero en rectitud y la muleta a la altura del cuerpo antes del cite

sábado, 26 de febrero de 2011

El toreo de Manolete (II) El cite

El Cite Manolete
El cite según Manolete
En la primera entrega de esta serie sobre el toreo de Manolete, repasaba someramente los reparos técnicos que se han hecho de su toreo y decía que se planteaba un problema: si Manolete fue tan mal torero como están empeñados en demostrar algunos, ¿Cómo se explica que gran parte de los públicos, la mayoría de los aficionados y la práctica totalidad de los toreros de su época lo tuvieran en tan alta estima, llegando a convertirle en un mito antes incluso de su muerte?. Vamos a ir punto por punto. Empezando primero por la cuestiones de técnica y estilo.
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A Manolete, se le discute -sobre todo- su colocación (de perfil), la colocación de la muleta (retrasada) y la ejecución (no cargar la suerte). Vamos a ver los dos primeros conceptos, que se refieren a la colocación del torero ante el toro y como le presenta la muleta, o sea, al cite, dejando la trascendental cuestión de cargar la suerte para una próxima entrega.
Como dijimos, para describir y analizar el toreo de Manolete, vamos a acudir a Gregorio Corrochano. Por dos cosas: Primero por su prestigio como crítico (Corrochano es el Joselito de la crítica taurina) y segundo, porque Don Gregorio no es partidario de Manolete. Al contrario, su torero preferido es Domingo Ortega, cuyo toreo es radicalmente distinto al del diestro cordobés, lo que da a sus opiniones mayor valor.
Es tal la admiración de Corrochano por Domingo Ortega que cuando reedita su primer libro “¿Que es torear?-Introducción a la tauromaquia de Joselito”, lo re-titula “¿Que es torear?-Introducción a las tauromaquias de Joselito y Domingo Ortega” y le añade todo el análisis del toreo de Domingo Ortega, que es quien realmente le gusta.
Que es torear. Corrochano. Nueva ed 001
Que es torear. Corrochano. Nueva ed 002
¿Que es torear? La nueva edición con la incorporación de la Tauromaquia de Domingo Ortega.
Madrid, Editorial Revista de Occidente, 1966
Que es torear. Corrochano. Nueva ed 003
El índice con los capítulos dedicados a Domingo Ortega
Corrochano analiza el toreo de Manolete en su libro “Cuando suena el Clarín” (libro que ya citamos en Parecidos razonables (III). Luís Miguel Dominguín-Joselito el Gallo) y dice, nada más y nada menos que lo siguiente (Atención porque los párrafos que siguen no tiene desperdicio):
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Una edición de Cuando suena el clarín en libro de bolsillo
“Se iba a los toros en rectitud, con la muleta en la mano izquierda. Subrayamos en rectitud para la ruta, que aconseja Montes, y para diferenciarlo de los que quiebran la recta para al pitón contrario. Si ir al pitón contrario es una necesidad, un recurso para que embista un toro tardo, a Manolete no le hacía falta este recurso. Manolete lo resolvía tomando decidido el terreno del toro, adentrándose hasta donde hiciera falta, como el que asalta una fortaleza, y allí dentro peleaba y los toros le embestían en rectitud, como quería Montes, el de la más bella y escolástica Tauromaquia […]
Es posible que yendo al pitón contrario, los toros agotados se arranquen más pronto, sin necesidad de acercárseles tanto; pero el que tenga valor para acercarse hasta donde haga falta, tiene la solución, y de las dos, esta es más académica y más clásica, si partimos de Montes y nos paramos en Belmonte, que tampoco tenía necesidad de irse al pitón contrario”
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Manolete con un Miura (Sevilla) 002
Citando y toreando muy, muy cerca de los pitones a un Miura en Sevilla
Añade Corrochano que aunque Manolete iba en rectitud, lo cierto es que iba de perfil.  y dice que si se acepta el perfil para el toreo de capa, porque hace más largo y reposado el lance, debe aceptarse también para el toreo de muleta. Y añade:
“Después de hacer objeciones al toreo de perfil, porque le considero descolocado, digo que es necesario, imprescindiblemente necesario, si se lleva la muleta retrasada, que es como él la llevaba y se lleva ahora [Ahora, es 1966], para dejarle al toro su salida natural. De esta manera, el toro ve la muleta que le llama y si es boyante y va por su terreno, el toro pasa fácilmente. Si es de los que ganan terreno, ya es peligrosa esta posición, porque delante de la muleta está el torero
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La tranquilidad de Manolete ante el toro de su época.
Sobre la muleta retrasada añade:
 
“Manolete empezaba el pase por la mitad, prescindía de la primera parte, que es citar con la muleta adelantada, y mantenerla así hasta que la tome y se embarque en ella el toro; esto lo suplía, peligrosamente, toreando a cuerpo limpio hasta que llegaba el toro a la retrasada muleta, y aquí ya pasado el toro empezaba el pase donde otros lo cortan. Esta segunda parte del pase, que es la más eficaz de la faena, porque es la que más quebranta al toro y la que decide el remate, encierra toda la personalidad de Manolete y todo el procedimiento discutible de su toreo. Si el toro tiene sentido, la cogida es difícil de evitar esperándole a pie quieto en esa posición. Por esto le cogieron mucho los toros”.  
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En la corrida de la Prensa de Madrid, aguantando a pie firme la arrancada del toro que le viene andando.

Finaliza Corrochano, diciendo:

“Pero no llamo truco al toreo de perfil [Esto es refutación a Hemingway], aunque prefiera el otro. Todo lo más lo llamo tranquillo, que es un recurso de que se vale el torero para facilitar una suerte. Pero si tenemos en cuenta todas las fases, todas las circunstancias, todos los matices del toreo de Manolete, tampoco era tranquillo; era un estilo discutible, pero muy peligroso, para lo que hacía falta su tranquilidad de estoico para ver venir y ver llegar a los toros
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Elijo, al azar,  una tanda de pases de muleta con la derecha en la plaza de toros de Toledo (Sacada de las viejas películas de la serie “Toreros para la Historia” de Fernando Achúcarro) donde se observa muy bien la mecánica de su toreo. Un aguante impresionante para ver venir al toro a pie firme, esperando que llegue a la muleta que está algo atrasada respecto al cuerpo. Cualquier extraño del toro le permitiría alcanzar el cuerpo del torero que no tiene defensa alguna en esa posición (en lenguaje taurino que “no se tapa”).
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Viendo estas imágenes, entiendo perfectamente el impacto que en los públicos causó la nueva forma de torear del torero de Córdoba. Forma de torear que, como decía Corrochano, supone una vuelta al clasicismo, al toreo más puro y original. Puesto que al toro sólo se le desplaza con el mando de la muleta sin quiebro o movimiento alguno del cuerpo del torero que expulse al toro hacia el terreno de afuera y que lo desvíe de su trayectoria. Entronca en eso Manolete, por tanto, con las máximas que conocemos de Pedro Romero:
El lidiador no debe contar con sus pies, sino con sus manos
Parar los pies y dejarse coger este es el modo de que el toro consienta y se descubra
Y eso es lo que hace Manolete, parar tanto los pies que se tenía la sensación de que la cogida era inevitable (como recuerda Corrochano), lo que provocaba el estupor y la emoción en los que tuvieron la suerte de verlo torear. Nosotros nos conformaremos con verle en vídeo y leer viejas crónicas de su época, como lo que escribe César Jalón en su libro de Memorias de Clarito, con estilo menos doctrinal que Corrochano:

“La polémica en torno de las máculas y deficiencias técnicas del toreo de Manolete distraerá nuestro ocio invernal. Y nunca cesará […] Bien amigos, pero el paso del toro, obseso, por delante del cuerpo descubierto a tomar la muleta desplegada en su zaga, emociona bárbaramente, porqué ¿y si desvía la vista y se detiene?. Y no siempre Manolete se perfila al rafe del pitón; también llama desde lejos […] Más a fin de cuentas, “robando” un tiempo y, por añadidura “codilleando”, sus largos brazos y su muñeca portentosa han venido a dar los pases más largos de la historia.
Lo innegable es que Manolete ha saltado ese espacio, ese medio paso, ese escalón relabrado por los imponderables del genio que separa con proporciones abismales del buen torero, y aún del gran artista, al artista llamado fenomenal”. 
El Cite Lagartijo
El cite clásico de Lagartijo
(Continuará)