sábado, 28 de abril de 2012

El toro de Victorino (I) El encaste Saltillo-Albaserrada

 

fandiño oreja (Foto Doblado)

Iván Fandiño. El gesto del torero celebrando el triunfo tras su faena al tercero de la tarde, transmite la misma decisión y firmeza que tuvo en la cara del toro.

 

Sevilla, 24 de abril de 2012

Toros de Victorino Martín para Iván Fandiño y Davis Mora (mano a mano)

La corrida del día 24 de abril en Sevilla supuso muchas cosas pero la primera (para mí muy importante) la recuperación de la ganadería de Victorino Martín quien –aun sin éxito de clamor- hacía varios años que no daba en esta plaza un encierro de tanto interés.

Cierto es que, tampoco en esos años, los toros de Victorino habían encontrado a ningún torero con la disposición, firmeza y capacidad con que se condujo toda la tarde Iván Fandiño. El toro de Victorino es un toro muy exigente y exige toreros muy dispuestos, lo que no siempre es fácil para los diestros encargados de matar estas corridas.

Pero cuando se encuentran un toro y un torero, la Fiesta luce en su máximo esplendor y (aunque sin la apoteosis de otros días) el aficionado y el público sale de la plaza más que satisfecho de lo visto y vivido. Eso ocurrió el martes en Sevilla.  

Bueno será, por ello, que nos detengamos en repasar tranquilamente lo que pasó en el ruedo de la Maestranza la tarde de los Victorinos, empezando como es lógico por el comportamiento de los toros para después analizar en función de estos la actuación del torero.

Pero antes de eso, lo mejor será dedicar varias entradas del blog para hablar con detalle del comportamiento en general de los toros de esta ganadería, de este encaste tan distinto a los demás, comenzando por la historia de esta ganadería que se remonta nada menos que a 1827.

UEI Cobratero 050-07

El tercero de la tarde Cobratero. Número 50. Nacido en marzo de 2007. Un precioso toro cinqueño (el único de la corrida) que fue aplaudido en el arrastre.

 

El toro de Victorino. Un toro distinto

No sólo cada encaste sino, probablemente, cada ganadería tiene sus propias características. Y esto se refiere no sólo a sus hechuras sino, sobre todo, a su comportamiento, a la forma de actuar en el ruedo y, en especial, a su forma de embestir pues los toros, como decía (parece que con fundamento) Ignacio Sánchez Mejías,tienen la personalidad del ganadero” o sea que sacan el carácter de su criador.

1922 Sanchez Mejias retirado de los ruedos 001

Ignacio Sánchez Mejías, sin duda uno de los toreros de más acusada personalidad opinaba que el comportamiento del toro se adecuaba a la personalidad de su ganadero (Fotografía de 1922 después de su retirada)

 

En el origen está Lesaca

Los toros de Victorino Martín cumplen fielmente la regla citada.

Para empezar, por su procedencia Lesaqueña (vía Saltillo-Albaserrada) que les diferencia radicalmente, según la mayoría de los estudiosos del toro bravo, del resto de ganaderías de entronque Vistahermosa que es la raíz común al 90% de la cabaña actual.

Y eso que al toro de Lesaca se le considera también de raíz Vistahermosa. Pero lo cierto es que su comportamiento es muy distinto al resto de sus supuestos hermanos genéticos.

Lo que resulta indudable es que los toros de Lesaca (los de Pedro José Picavea de Lesaca, quien fue alcalde de Sevilla) ganaron rápidamente cartel pues eran toros cárdenos y de escasa presencia, pero de desbordante casta y bravura.

Tentadero Padilla Moreno de la Cova 001

La casta y bravura de la embestida de una res de origen lesaqueño ante el capote de Juan José Padilla en un tentadero en la finca de Moreno de la Cova propietario actual del hierro de Saltillo (Fotografía de Tierras Taurinas. Opus nº 2)

Aunque su nombre ha pasado a la historia, la ganadería estuvo a nombre de Picavea de Lesaca muy pocos años. Tan sólo de 1827 (cuando la compra a Salvador Varea) hasta 1830 (en que fallece) pues, en adelante, los toros se lidiaran a nombre de su viuda Isabel de Montemayor, quien la vendió al Marques de Saltillo en 1854.

Antonio Rueda y Quintanilla Marques de Saltillo (2)

Antonio Rueda y Quintanilla, primer Marqués de Saltillo

 

Saltillo. El mejor toro del mundo

En manos de la familia Saltillo estos toros ganaron fama imperecedera. Guerrita llegó a decir que eran los “mejores toros del mundo”

Lesaca Saltillo (2)

A partir del 1878, la ganadería se anuncia a nombre de la viuda marquesa de Saltillo pero todavía dejando bien claro –pese a los años transcurridos- su procedencia Lesaca (La fecha del cuadro es la de presentación de la ganadería lesaqueña en Madrid).

Y lo que son las cosas, los Saltillos fueron denostados, denigrados y choteados (tildados de chotos, vamos) por los aficionados conspicuos y por los críticos dogmáticos de la época (¡No hay nada nuevo bajo el sol!). Si en su día se hubiera hecho caso de estos intransigentes y se hubiera enviado la ganadería al matadero (como pidieron muchas veces), hoy no podríamos disfrutar de las magníficas embestidas de los toros de Victorino, del son del toro mexicano o del intríngulis de los del encaste Santacoloma.

1899-09-19 Valladolid Saltillo Guerrita 001

Guerrita remata un quite a un toro de Saltillo en Valladolid. Es el 19 de septiembre de 1899 y el Guerra, a muy pocos días de su retirada del toreo, está muy confiado ante un toro de su ganadería predilecta.

Uno de los que mejor ha contado toda esta historia y la evolución de las ganaderías ha sido Domingo Delgado de la Cámara. Su libro Avatares históricos del toro de lidia es imprescindible en la biblioteca de cualquier aficionado ya que es la primera vez que se nos ha sabido explicar la historia de las ganaderías en clave evolutiva, en función de la adaptación de las reses al tipo de lidia propuesto por los toreros en cada momento de la historia del toreo.

1899-09-24 Nimes Guerrita Saltillos en los corrales 001

Toros de Saltillo en los corrales de Nimes, lidiados por Guerrita y Lagartijillo el 24 de septiembre de 1899. Como se ve en la fotografía, los toros –aunque con pitones- lucen unas hechuras nada aparatosas. Como curiosidad, el toro situado más a la izquierda (lidiado en quinto lugar) era de pelo berrendo en cárdeno, una pinta nada habitual en esa ganadería.

Los conceptos relativos al toro (trapío, bravura, etc.) son conceptos nada estáticos sino –pese a quien pese- en continua evolución. Los ganaderos han ido adaptando el toro en cada momento a lo que demandaban los públicos y los toreros. Ese proceso dialéctico le ha dado a la historia del toreo un interés que no tendría en caso contrario. Ha sido Domingo Delgado de la Cámara quien, con su entusiasmo habitual, mejor ha sabido contárnoslo.

Avatares Domingo delgado 001

Avatares históricos del toro de lidia de Domingo Delgado de la Cámara (Alianza Editorial, 1ª edición, Madrid, 2003) el mejor estudio hasta la fecha sobre la evolución del toro de lidia en función del toreo de cada época.

Según Domingo Delgado la historia oficial en lo que se refiere a la supuesta procedencia Vistahermosa del toro de Lesaca-Saltillo no es creíble pues el comportamiento de esas reses (las de Saltillo y las de Vistahermosa) es tan diferenciado que su origen debe ser distinto.

Para Domingo, los toros de Saltillo son diferentes del resto de Vistahermosa no solo en hechuras (menor esqueleto, flacucho, sin papada y con poco morrillo, de pelo cárdeno y astas breves tirando a veletas) sino también –lo que es más importante- en comportamiento (mucho más agresivo que la nobleza de que hace gala el resto de la familia Vistahermosa) pues su embestida lo es al paso y humillando mucho (no galopando).

El Pana frente a un toro de Piedras negras (TT opus 2) 001

La embestida humillada y agresiva de un toro de Piedras Negras (Un saltillo mexicano) a la muleta del Pana quien lo lleva muy toreado y embebido en sus vuelos (Fotografía de la revista Tierras Taurina. Opus nº 2)

Las diferencias están claras. Lo que no está nada claro es el origen de las mismas

1900-05-24-zaragoza toros de espoz y mina

Encierrro de Atenco

Una hipótesis supone origen navarro al toro de Saltillo-Lesaca (Lesaka es apellido vasco). Podría ser aunque no es seguro. Desde luego, la comparativa entre el encierro navarro de Espoz y Mina (foto superior, ya publicada en este blog) y los toros mexicanos de Atenco (foto de abajo publicada –junto con la anterior- en el magnífico blog Aportaciones  Histórico Taurinas Mexicanas de Jose F. Coello Ugalde) es cuando menos sorprendente. Sin embargo, el toro navarro era o es colorado mientras que el Saltillo es mayoritariamente cárdeno.

 

El toro de Albaserrada-Victorino

Saltillo ha llegado a nuestros días de dos formas. Una, por vía directa (la de los saltillos de la familia Félix Moreno Ardanuy y los saltillos mexicanos) y otra, por vía indirecta, mediante la mezcla (explosiva) que hizo el Conde de Santacoloma con el toro de Ibarra y que, por ese exceso de chispa que no le gustó, transmitió y cedió inmediatamente a su hermano, el Marqués de Albaserrada.

De Albaserrada pasó la ganadería posteriormente y, tras varias vicisitudes (José Bueno-Escudero Calvo), a Victorino Martín.

Toro de Santacoloma cruzado 001

Espectacular estampa de un toro de Santacoloma resultante del cruce de Ibarra con Saltillo (Esta fotografía y la anterior son de la revista Tierras Taurinas. Opus nº 3 de André Viard). Según la opinión mayoritaria, los toros de ese cruce (que fueron los que cedió el Conde Santacoloma a su hermano, el Marqués de Albaserrada) conformarían la base de la actual ganadería de Victorino Martín.

Hay quien discute la tesis de la mezcla de Ibarra con Saltillo en manos de Santacoloma. Según Domingo Delgado de la Cámara, el Conde (de Santacoloma) le endosó a su hermano el Marqués (de Albaserrada) las reses de Saltillo y se quedó mayoritariamente con las de Ibarra. Las reses cruzadas serían, en realidad, muy pocas.

Conde se Santacoloma y Marques de Albaserrada 001

El Conde de Santacoloma (sentado, con barba) acompañado por sus tres hermanos (el de su izquierda es el Marqués de Albaserrada, a quien cedería parte de su ganadería).Con independencia de las distintas teorías sobre el porcentaje Saltillo en Santacoloma, lo innegable es el carácter asaltillado del toro de Albaserrada.

 

¿El Saltillo es más bravo?

Sea el toro de Victorino (Albaserrada) Saltillo puro o Saltillo cruzado con Ibarra, lo innegable es la importante proporción de sangre saltillo (y por tanto, lesaqueña) que corre en sus venas.

Llegados a este punto y comparados el comportamiento del toro de Saltillo con el de la línea Ibarra-Murube-Parladé, surge la duda de cual de los dos es realmente más bravo. No más listo o fiero o más noble, sino más bravo. ¿El toro de Saltillo que pervive en algunas –pocas- ganaderías? ¿O el toro de Vistahermosa que hoy se impone como encaste predominante?

Andres Vazquez con Baratero 001

Andrés Vázquez con Baratero. Un Victorino -ya mítico- de impresionante bravura y nobleza (Madrid, 1969).

Damos, otra vez, la palabra (polémica en este caso) a Domingo Delgado quien se decanta (¡sorpresa!) por el toro de Ibarra-Murube-Parladé al que considera más noble (lo que es indiscutible) pero también más bravo (lo que tiene mucho que discutir). Estos son sus argumentos:

“Se bien que afirmar que los toros de Murube-Ybarra-Parladé son los más bravos puede sonar a herejía en los oídos del aficionado bien pensante del torismo-militante. Pero por una vez, y sin que sirva de precedente, hagamos el esfuerzo de mirar las cosas sin prejuicios.

Se valora mucho el picante y la listeza de los Saltillo-Santacolomas. Desde luego es emocionante, pero ¿no es una forma de mansedumbre solapada? El toro que se queda por debajo y busca las zapatillas del torero hace mucho menos esfuerzo que el que embiste hasta el final. Igualmente se hace menos esfuerzo cuando se embiste andando que cuando se embiste galopando.

Además, la bravura es ingenua. El toro inteligente pronto llega a la conclusión de que no le van a engañar más. Entonces llegan las embestidas tobilleras buscando el bulto. El toro inteligente se reserva, y la bravura no debe tener reservas. La bravura es la entrega hasta la muerte. Y yo, cuando veo esos Santacolomas de media arrancada, me parecen listos, pero no bravos.

Por tanto, el toro que ha predominado es el más bravo, el que embiste sin reservas y sigue la muleta hasta el final […] aquel que conserva la capacidad de embestir hasta el final, y que con su nobleza ha permitido que el toreo sea una de las bellas artes.

No hay bravura sin nobleza”.

Hasta aquí, Domingo Delgado. Sea cierto o no lo que afirma, lo importante, y lo que me interesa, es que el comportamiento del toro de Lesaca-Saltillo-Albaserrada-Victorino es muy diferente al de Murube-Ibarra-Parladé, que es el encaste que hoy predomina.

Y el corolario obligado es que, si su comportamiento es distinto, también deberá ser distinta la forma de torearlo.

¿Cuál es esa forma? Lo veremos en la siguiente entrega.

1971-11-01 Juan Jose Cigarrero Victorino 002

Noviembre de 1971. El salmantino Juan José triunfa en Madrid con Cigarrero, magnífico toro de Victorino Martín. ¿Como se debe torear al toro de Victorino?

(Continuará…)

miércoles, 25 de abril de 2012

Manzanares hace historia en Sevilla (otra vez) resucitando la suerte de recibir

 

image

El diestro José María Manzanares cita a recibir a Jerezano (5º toro de la corrida de Victoriano del Río) en la suerte de recibir

 

Sevilla. Plaza de toros de la Maestranza

Jueves, 19 de abril de 2012 Toros del Ventorrillo y uno de Montealto para Diego Urdiales, Iván fandiño y Saúl Jimenez Fortes

Viernes, 20. Toros de Victoriano del Río y toros de Cortés para Padilla, Manzanares y Talavante

Sábado 21 de abril de 2012. Toros de Garcigrande y Domingo Hernández para Fundi, Morante y Castella

 

Decíamos ayer…

Lo del fin de semana de pre-feria se ha convertido ya, por fuerza de costumbre, en gozosa cita anual con el mejor buen toreo.

El año pasado, por ejemplo (concretamente el 30 de abril de 2011) José María Manzanares hacía historia en Sevilla al indultar al –ya famoso- Arrojado de la ganadería de Núñez del Cuvillo.

Por ello, la ilusión con que fuimos a la plaza esos días era enorme.  Aunque, claro está, no tanto como para hacer presagiar que viviríamos en la Maestranza otra de esas tardes mágicas que jalonan la historia del toreo y que van recargando las baterías del aficionado como el toque oportuno de la muleta del torero recarga el depósito de la bravura del toro bravo.

Sin embargo, un año después (y un año más) se repitió el milagro y pudimos asistir a una tarde que no dudo en calificar de histórica por su conjunto pero sobre todo, para mí, por la definitiva recuperación (mejor diría, restauración) de la suerte de recibir pues de esa guisa mató Manzanares a sus dos toros.

 

Manzanares 17

Manzanares cuajó otra irrepetible actuación en Sevilla el día 20 de abril (Foto de Juan Carlos Muñoz)

No voy a hacer la crítica ni de esa ni de las otras dos corridas del fin de semana (para eso están otros medios) pero si me gustaría repasar y detenerme siquiera sea someramente en una serie de momentos de esos festejos sobre los que me apetece dejar constancia en este blog.

 

Con viento no se puede torear

Salió complicada la corrida del Ventorrillo el viernes de pre-feria pero, sobre todo, el viento que hizo toda la tarde no permitió ni elegir los terrenos más adecuados ni mover los engaños con la precisión que exigen el toro y el toreo modernos.

2012-04-19 Toro del Ventorrillo (Ali-roto)

Aunque la corrida del Ventorrillo estuvo bien presentada (se lidió completa) su comportamiento dejó mucho que desear. El viento tampoco ayudo nada. En la foto, el burraco que se lidió en quinto lugar: Ali-roto. Un toro muy escaso de fuerzas al que Fandiño fue toreando en distintos terrenos buscando el sitio propicio para que embistiera.

Como dijera Gregorio Corrochano una tarde en Jerez, en fórmula matemática, V+M = 0 lo que quiere decir que viento más mansedumbre es igual a cero.

Sin embargo, lo que son las cosas esa desapacible tarde vimos muy buen toreo o, al menos, buen intento de torear tanto por parte de Diego Urdiales, un lujo de torero, como por Iván Fandiño, siempre muy bien colocado ante el toro y con una firmeza tremenda.

 

2012-04-19 Urdiales (Foto Serrano)

Diego Urdiales. Es una garantía encontrarle en cualquier cartel por su exquisito concepto del toreo.

 

 2012-04-19 Fandiño (Foto Juan Carlos Muñoz

Mas firmeza no cabe. Fandiño como siempre dio la nota de valor sobrio y de magnífica técnica.

El novel Saúl además estuvo tremendamente valiente (yo diría que demasiado) que es lo que se le puede pedir por ahora a un torero de trayectoria profesional tan corta. Hizo además un sensacional quite.

2012-04-19 Saul quite (Foto Juan Carlos Muñoz

Valentía máxima. Los mejores mimbres para ser torero. Saúl Jiménez Fortes en un quite de infarto

A su primero (tercero de la tarde) lo picó, como pocas veces se ve picar, Tito Sandoval.

 

La dignidad de Padilla y del público sevillano

Magnífica la actitud de la plaza con Juan José Padilla en su reaparición en este coso después de la terrible cornada de Zaragoza del pasado año.

Y más magnífica aún la forma de aquilatar la actuación del torero, sin un aplauso de más que no se hubiera ganado por méritos propias. La plaza de Sevilla estuvo a la altura de la categoría humana del torero de Jerez quien firmó una más que digna actuación y que además, estuvo muy bien con el capote.

Padilla 04

Padilla, muy sereno, no sólo puso algunos buenos pares de banderillas (como se espera de este torero), sino que manejo los engaños , especialmente el capote, con solvencia

 

La cuadrilla de Manzanares

Resulta reiterativo pero necesario volver a mencionar (y lo mencionaremos cuantas veces lo merezca) la ya habitual sensacional actuación de la cuadrilla de José María Manzanares.

Manzanares no sólo ha recuperado la suerte de recibir sino el concepto de cuadrilla que impuso en el toreo Francisco Montes Paquiro en la primera mitad del siglo XIX.

La cuadrilla como grupo que trabaja en perfecta conjunción, todos con un mismo objetivo fue uno de los mayores logros del toreo decimonónico frente a la anarquía de épocas anteriores. Y es ese concepto, donde priman la táctica y la estrategia común, el que ha recuperado el torero alicantino a quien por ello, por derecho propio y por su recuperación de la estocada recibiendo, debemos considerar el mejor exponente del neoclasicismo torero en nuestros días.

2012-04-20 Manzanares y su cuadrilla

La cuadrilla de Manzanares. Sobran las palabras.

¿El año de Talavante?

No me gustan los profetas (sobre todo, los agoreros) pero ya puestos me atrevo a señalar que este puede ser el año de Talavante (si la espada que es su punto flaco le ayuda, claro).

El diestro extremeño se encuentra, hoy por hoy, en la vanguardia del toreo. Lo que hizo en Zaragoza con el toro jabonero de Núñez del Cuvillo o, sin ir más lejos, en Málaga, con otro toro de esa misma ganadería, es para prestarle la máxima atención por los matices de su propuesta en el toreo de muleta.

El viernes con la corrida de Victoriano del Río-Toros de Cortés estuvo tremendo aunque la plaza no le aclamó como merecía quizás por encontrarse el público bajo el impacto de las dos faenas de Manzanares. Y ello pese a la enorme enjundia que tuvieron sus faenas. La del sexto con un toro además bastante complicado.

No sólo eso sino que algunos de los mejores lances de la tarde los firmó este torero en un quite de suavidad infinita (al primer toro del lote de Manzanares). Quite que ahí quedó esperando quien lo mejore en esta feria.

 

Talavante 11

Talavante remata un quite de lujo.

 

No todos los toreros son iguales

Una incesante campaña de prensa viene empeñada en el desprestigio (injusto a veces) de los toreros y del toreo

No obstante, sería excesivo considerar al cuarto poder como único responsable del frío ambiente que hoy día se vive muchas tardes en las plazas de toros.

Diversas razones como la compleja situación económica que atravesamos o la falta de asombro ante las hazañas de los toreros (pues sus proezas son, por repetidas, archiconocidas) ponen al torero (a los toreros) ante una difícil tesitura pues tienen la obligación de sorprendernos casi cada tarde con cosas nuevas.

 

Talavante 08

Una vuelta de rosca torera. Talavante ejecuta la arrucina de los años 40 pero con el toro de hoy.

Paradójicamente, la variedad no nos interesa. Queremos que todos los diestros hagan la misma faena a toros de contextura muy distinta. Cada plaza tiene su criterio (muy cerrado) sobre el tipo de toro y el tipo de toreo que gusta.

Sin embargo, (como decíamos hace días y apostillaba Xavier Gonzalez Fisher) no todos los toreros son iguales ni todos participan de las mismas cualidades (valor, técnica y arte) en la misma proporción.

Viene esto a cuento porque la valoración de los diestros creo que hay que hacerla (además del toro al que se enfrentan) en función de sus propios planteamientos. No se trata ahora de ensalzar hasta el infinito a todos los toreros pero (“nadie es perfecto”) me parece más interesante destacar las virtudes de cada uno que ir buscando con lupa sus posibles carencias técnicas o estéticas.

Castella, por ejemplo, pasó por Sevilla como el torero valiente que siempre viene dispuesto. Y el sábado dio la cara ante un complicado (por agresivo) toro de Garcigrande lo que no siempre le agradecieron.

2012-04-21 Castella (Juan Carlos Muñoz)

Aunque no redondeó faena, Castella dio la cara en Sevilla la tarde del Sábado.

Por el contrario,. Morante, el mismo día, salió muy poco dispuesto. Casi derrotado de antemano. No tuvo su tarde. En este tipo de toreros, el público se enfada al nivel de sus expectativas. No importa. Ya llegará su momento y el mismo público que le increpaba hace unos días, pronto le sacará bajo palio.

 

2012-04-21 Morante (Juan Carlos Muñoz)

Morante estuvo poco dispuesto. La postura del cuerpo y las piernas lo delata.

 

El toro de Sevilla y los toros de Garcigrande

Muy complicada resultó la corrida del sábado. La corrida de Garcigrande. Tanto que salieron confundidos no sólo los toreros sino también parte del público y de la crítica.

La corrida no fue –por presentación- para tirar cohetes (al contrario) pero tuvo las complicaciones propias del toro de lidia cuando éste tiene más defectos que virtudes.

Sin embargo un crítico utilizaba en su crónica hasta ocho veces el adjetivo “gato” para calificar los toros de Garcigrande-Domingo Hernández, lo que no es de recibo. Como puntualizaba con acierto un aficionado de sol,  no hay que confundir toros con elefantes. Lo determinante en el toro (sin perjuicio de que debamos cuidar su presencia al máximo) es su comportamiento.

Bien es verdad que la movilidad del sexto (le tocó a Castella) pudo tapar algunos de sus defectos igual que el comportamiento del cuarto (un buen toro que lidió Fundi) tuvo sus matices. Pero, en general, los toros de Garcigrande cuando salen complicados (y los de Sevilla lo fueron en general) son muy complicados y nada fáciles de torear.

La prueba, la falta de éxito de la terna puesta a prueba por esa compleja corrida que tuvo mucho más que torear que lo que luego nos contaron algunos.

2012-04-21 Fundi derecha(Juan Carlos Muñoz)

Las embestidas de los toros del sábado tuvo su aquel. Esta ganadería (que sin embargo da toros magníficos) puede plantear serios problemas a los toreros cuando no salen buenos.

 

Fundi en los medios. Sobre la concesión de trofeos en la Maestranza

Un detalle. Las dos faenas de Fundi las planteó el de Fuenlabrada en los medios. Algo que venían reclamando los aficionados conspicuos días atrás y que el viento desaconsejaba y algo que luego –esos mismos aficionados- no agradecieron suficientemente al pundonoroso diestro de Fuenlabrada.

El público no. El público sevillano ovacionó al diestro y pidió con calor la oreja del cuarto de la tarde (segundo del lote del madrileño y toro de su despedida en Sevilla). Oreja que –sin embargo- la Presidencia no quiso conceder en actitud antirreglamentaria.

Actitud antirreglamentaria, pues la primera oreja la concede el Presidente a petición (mayoritaria) del público y en ningún lado señala el reglamento que, en Sevilla, no se puedan conceder orejas si no la piden los espectadores de los tendidos de sombra (concretamente de los tendidos Uno y Tres)

Pero lo cierto es que, cuando por allí no aparecen pañuelos, el diestro puede dar por seguro que no habrá premio, así se llame Joselito el Gallo o Juan Belmonte y haya tenido el mérito que haya tenido su faena.

Curioso y clasista criterio el del Presidente (en este caso Presidenta) de esta plaza (el sábado, doña Anabel Moreno) y de cuya responsabilidad es extensible, por nombramiento, el Delegado del Gobierno (en este caso, Delegada del Gobierno) de la Junta de Andalucía en Sevilla, doña Carmen Tovar.

Lo que se llama saltarse el reglamento a la torera. Porque pañuelos había aunque… en los demás tendidos.

Anabel Moreno

La presidenta, Anabel Moreno, incumplió el reglamento al anteponer sus criterios personales a los de la Plaza

 

Otro problema. La banda de música de Sevilla

Toreaba Fundi en los medios de la plaza al cuarto de la tarde y segundo de su lote, con extrema suavidad y valentía sin que el director de la banda tuviera el detalle de arrancarse con un pasodoble en honor del diestro que tantas corridas duras ha despachado (¡y de que modo!) en esta plaza.

Finalizaba la faena cuando por fin (mosqueados ya los espectadores por la arbitraria actitud del músico esta tarde y tantas tardes) la banda comenzó a sonar. Tarde y mal.

Fundi, más mosqueado aun que el público, pidió, en claro gesto, que dejasen de tocar. El director de la banda (¡hay que ser incompetente y desaprensivo!) no le hizo ni caso pues los músicos seguían tocando impasibles e insensibles.

El torero, ya muy airado, volvió a conminar a los de la banda que por fin no tuvieron más remedio que deponer su actitud y cesar en su molesto y grosero tachún.

Tenía toda la razón el diestro y ninguna los maleducados músicos. Ya venía siendo hora que alguien se plantara ante tanta prepotencia músico-taurina. Sólo espero que cunda el ejemplo y que la autoridad tome cartas en el asunto pues de seguir así más vale que se suprima la música durante las faenas como en su día se hizo en Madrid.

8429652006901_600

El crédito de la banda de música de la plaza de Sevilla se agotó definitivamente el sábado pasado. Fundi (tenía que ser un torero) puso en su sitio (que no debe ser nunca el de protagonista) a su incompetente y arbitrario director.

 

Punto y aparte. Manzanares y la suerte de recibir

Lo de Manzanares en la suerte de recibir merece un análisis mucho más detenido pues ya ha surgido la discusión o las discusiones sobre sus estocadas recibiendo.

Primera discusión que se plantean los aficionados (los aficionados siempre están proponiendo temas de discusión) es la de si fue mejor o no la estocada de Madrid (en los medios) o la de Sevilla (en el tercio pero con parón del toro a mitad de viaje).

La segunda es la incógnita sobre si el diestro sería capaz de propinar estas mismas estocadas con toros fieros y agresivos  y la tercera, que va al fondo de la técnica de esta vieja suerte dichosamente recuperada por el diestro alicantino, es la dificultad que presenta la estocada recibiendo sobre la estocada a volapié. ¿Es más difícil matar recibiendo, como siempre hemos pensado los aficionados, o no?

Lo indudable es que el torero ha puesto sobre la mesa un tema que estaba en el olvido y si ya el año pasado con el indulto a Arrojado planteábamos el debate sobre la bravura del toro en estas primeras décadas del siglo XXI, hoy la atención se centra en una suerte que ya todos creíamos irremediablemente perdida.

2012-04-26 Manzanares 05

La emoción de la suerte de recibir

Manzanares toreo bien, muy bien, con elegancia suma y manejando (atención al dato) con enorme precisión los tiempos del toro, llenando con su enorme prestancia los tiempos muertos de la faena. Pero el éxito del torero en la tarde del viernes de pre-feria se cimentó en las dos estocadas ejecutadas en la añeja suerte de recibir. Aquella en la que hicieron historia el simpar Pedro Romero, el preclaro Joselito el Chiclanero y el bravo Manuel Domínguez “Desperdicios”.

A estos nombres se une ya irrevocablemente (¡Y sólo han tenido que pasar algo más de cien años de historia del toreo!) el del elegante José María Manzanares.

 

Manzanares espera a pie firme al toro, que se para a mitad de viaje y al que mata de una sensacional estocada recibiendo

 

¡Honor y gloria al diestro que ha sido capaz de resucitar una suerte de tanta belleza como la suerte de matar recibiendo y al que deseamos que el dios Tauro guarde –por ello- muchos años!

miércoles, 18 de abril de 2012

¿Valor, técnica o arte? (2ª parte)

 

  image

Frascuelo, Lagartijo y Guerrita. Valor, arte y técnica. Lagartijo y Frascuelo contendieron en la competencia más larga de la historia del toreo. Guerrita les sucedió a ambos en solitario.

 

Un debate histórico

Planteábamos en la entrada anterior el viejo debate sobre que debe prevalecer en un torero ¿El valor, la técnica o el arte

A un aficionado le parecerá más importante una cualidad que otra. Cada uno tendrá pues sus preferencias distintas a la de los demás. Preferencias que serán todas respetables y que responderán a los gustos y criterios personales de cada cual.

Montes, como vimos, se decantaba por la técnica (que el llamaba perfecto conocimiento de la profesión). Por el contrario, los artistas y literatos suelen decantarse por el arte. Gerardo Diego, el gran aficionado santanderino, decía:

“Yo distingo entre lidiadores y toreros. La tauromaquia o la taurotécnica por un lado. Por otro, la tauroplástica. Luchar con un toro, dominarle, vencerle, matarle heroicamente me interesa mucho, me gusta mucho. Pero esto mismo tomarlo, no como un fin, sino como un medio, como simple material para crear con todo ello, con la lidia, una obra de arte, efímera y sublime, me apasiona mucho más.”

 

gerardodiego

Gerardo Diego. Frente a los literatos del 98, los escritores y poetas de la Generación del 27 fueron mayoritariamente partidarios de los toros. Su postura fue clara y coherente pues como poeta prefería al torero artista frente al héroe dominador de los toros. En realidad, colocaba en el mismo saco a lidiadores y valientes.

Sin embargo la pretensión de que el toreo sólo se justifica (como decía Gerardo Diego) si tiene por objeto crear arte no parece correcta pues hay que señalar que, por el contrario, cualquiera de los planteamientos señalados (¿o mejor, sería decir ninguno?) lo justifica.

Tan ético (o tan poco ético) es torear por demostrar el valor que se atesora, como hacerlo para comprobar nuestra capacidad de dominar a un animal o para intentar crear arte delante de una fiera.

 

Desplante_torero

En la cara del toro el torero utiliza su inteligencia, su valor y su arte. La justificación ética del toreo (y la importancia de lo que hace) no depende del órgano puesto en juego: cerebro, corazón o los testículos.

Dicho lo anterior, y vista la disparidad de opiniones, sigue en pie el debate. Debate en el que lleva inmersa la fiesta desde la primera competencia. La de Pedro Romero, Pepe-Hillo y Costillares. Un valiente, un artista y un técnico. Debate que se ha ido repitiendo a lo largo de toda su historia pues siempre habrá partidarios de uno u otro planteamiento.

image

  La primera competencia: Pedro Romero, Pepe-Hillo y Costillares. Valor, arte y técnica.

 

La siempre difícil apreciación de los matices técnicos del toreo 

Lo que si parece necesario recordar (pues siempre se olvida) es que, en este debate, la técnica (que para Montes era lo más importante) lleva, sin embargo, la peor parte pues la complejidad que entraña la lidia de un toro hace difícilmente asequible los matices técnicos del toreo. no sólo al público en general, sino también, aunque parezca sorprendente y paradójico, al aficionado conspicuo e incluso al crítico especializado.

Gusta el público y ve con agrado al torero valiente, del que a veces decimos que “torea para la galería” lo que, en el fondo, es elogio encubierto pues tiene más mérito aprovechar las querencias del toro que en arriesgar la vida sin saber los terrenos que se pisan.

Gustan los públicos también (y especialmente los espectadores dotados de mayor sensibilidad estética) de la elegancia en las formas, pues es cuestión nada baladí y la que primero entra por los ojos después de la valentía.  

Sin embargo, pocas veces los públicos aprecian,  disfrutan y valoran las demostraciones de técnica en el toreo pues, como decía Antonio Peña y Góñi en “Lagartijo, Frascuelo y su tiempo” (Reeditado por Espasa-Calpe, Madrid, 1994), al público:

“será mucho más fácil seducirle que convencerle, y quien se dirija a sus sentidos, vencerá más fácilmente que el que se dirija a su inteligencia”.

 

Antonio Peña y Goñi (2)

Según Antonio Peña y Goñi, lo que excita los sentidos es “lo que llega al espectador”. El crítico donostiarra pensaba (contra la opinión de muchos aficionados actuales) que “lo de los sentidos se va y lo de la inteligencia queda”. Frase que suscribo plenamente, pues de las faenas heroicas o bellas quedan recuerdos que el tiempo difumina o engrandece. Sin embargo, de las faenas de técnica, si se saben ver, se aprende y, por ello, mejoran nuestro conocimiento y nuestra capacidad de valorar las cosas, lo que queda para siempre. 

 

La opinión de Peña y Goñi, no ha sido una opinión aislada entre los críticos. Al contrario, como muy acertadamente señalaba un crítico tan poco sospechoso de afanes tecnicistas como era Antonio Díaz Cañabate (“El Caña”, como cariñosamente se le llamaba):

El único que verdaderamente sabe de toros es el torero que está delante de ellos, por lo que normalmente, el crítico [y el público, añadimos nosotros] se tiene que limitar a juzgar por las apariencias (En “Panorama del toreo hasta 1979”. Cossío T5/30. Página 471)

 

1962-04-01 Antonio Diaz Cañabate y Juan Belmonte

Para Antonio Diaz Cañabate “el único que verdaderamente sabe de toros es el torero”. En la foto, el crítico con Juan Belmonte el día 1 de abril de 1962 en el Puerto de Santa María. Al día siguiente (hace poco se han cumplido 50 años) Juan se pegaría un tiro en su finco de Gómez-Cardeña.

 

Muchos años antes que Cañabate, un gran crítico taurino, Tomás Orts y Ramos (Uno al Sesgo), en unos párrafos de 1925 que no tienen desperdicio y que por ello transcribo, aclaraba y precisaba esta cuestión:

Mi criterio particular ha sido siempre que para el lidiador hay cosas muy importantes que no lo son para el espectador, y como el crítico es un representante de éste y para éste realiza su labor, no ha de perder de vista que con criterio de espectador ha de emitir su juicio.

Claro que me refiero a ciertos detalles técnicos de ejecución a los que el torero da suma importancia, desde el punto de vista del oficio y para el público no pueden tenerla, como no la tienen para el gastrónomo ciertos procedimientos de cochura de una carne si la carne le parece sabrosa, ni para el elegante ciertos detalles de costura si el traje le sienta bien, aunque otro cocinero u otro sastre, por esos procedimientos y detalles juzguen del mayor o menor mérito del guiso o del traje”.

Para Uno al Sesgo, el crítico debe escribir para el público y, por tanto, preocuparse por los aspectos que interesan al público. Y el público lo que percibe en la plaza son los alardes de valor y las cuestiones de estética pero no los aspectos técnicos del toreo que, por su complejidad, le están vedados y sólo interesan realmente al torero.

 

Uno al Sesgo

Uno al Sesgo. El escritor catalán tenía muy claro que al público no le interesan los aspectos técnicos del toreo. Lo curioso es que tampoco parecen interesarle a muchos aficionados.

 

El tema es grave pues al final resulta que lo verdaderamente importante (la técnica) es, precisamente, aquello que ni interesa ni es fácil que llegue a apreciar correctamente el espectador de los toros.

 

Sanchez de Neira 001

Se supone que la crítica debe ayudar al espectador a entender lo que pasa en la plaza. A proporcionarle las claves del toreo. Por desgracia, no suele ser así. Históricamente, la crítica ha derivado en costumbrismo (Pintando el ambiente de la plaza como Pascual Millán o Díaz Cañabate) o en dogmatismo (Juzgando al torero por modos de torear pasados y caducos como Sánchez de Neira, a quien vemos en la foto) o en ambos ismos a la vez (como Joaquín Vidal, paradigma de crítico dogmático y costumbrista) pero pocas veces el crítico ha tenido integridad y capacidad suficientes para ayudar al espectador a entender lo que realmente ocurre en la plaza.

 

La escasa valoración de los toreros técnicos

La conclusión resulta evidente y es que, en este debate, los toreros que destacan por su dominio de la técnica están penalizados frente a los valientes y los artistas por el desconocimiento por parte de los públicos e incluso (lo que es más grave) de los aficionados y de los críticos, de los matices de la técnica.

 

  002-el-maestro-manzanares

Quizás por eso, los “toreros de toreros” no siempre gozan del favor de los aficionados conspicuos. En la foto, Manzanares uno de los diestros mejor valorados por sus propios compañeros (Baste citar entre sus partidarios a dos diestros de la indiscutible talla de Antonio Ordoñez y Rafael Ortega) y que, sin embargo, no provocaba la misma unánime admiración en la desorientada afición de su época. 

 

El público (pero también aficionados y críticos, en general) ve con agrado al torero valiente, sea o no torpón, y se extasía con el artista, aunque este nos regale su arte con cuentagotas pero no soporta, en realidad, al torero técnico al que ni comprende ni es capaz de valorar y del que siempre acaba sospechando que le engaña pues la sensación de facilidad que estos diestros transmiten se vuelve en contra de ellos mismos.

Por ello, los toreros técnicos nunca han gozado ni pueden gozar de las simpatías de los públicos quienes los aceptan a regañadientes pero a los que, en el fondo, repatea tanto conocimiento.

La prueba -más evidente- de la inquina de los públicos contra este tipo de toreros la tenemos en la propia historia del toreo. Pues sólo basta evocar los nombres de Guerrita y Joselito (los mejores toreros) para comprobar la verdad del aserto.

 

Joselito y Guerrita en el Guijarrillo

Una foto histórica. Joselito torea al alimón con Guerrita en el Guijarrillo. Posiblemente, los dos mejores toreros de la Historia pero que –sin embargo- no gozaron (no podían gozar) del clamor incondicional que los públicos (pero también aficionados y críticos) dispensan a los toreros épicos y, sobre todo, a los toreros artistas pero que escatiman a los toreros de corte técnico a los que, no obstante, se acaba admirando a regañadientes (¡A la fuerza, ahorcan!).

(Continuará…)

jueves, 12 de abril de 2012

¿Valor, técnica o arte? (1ª parte)

 

Ligereza y atrevimiento

Ligereza y atrevimiento de Juanito Apiñani en la plaza de Madrid. Grabado de Goya. Las cualidades necesarias a un torero del XVIII no son aparentemente las mismas que necesita el torero actual pero –en realidad- las diferencias no son tantas.

Las cualidades de los toreros

Son muchas y variadas las cualidades que pueden adornar a un torero. Pero no fue Pepe-Hillo sino Francisco MontesPaquiro” –en su Tauromaquia completa- quien primero enunció las “condiciones que indispensablemente debe tener un torero” y que según él son “valor, ligereza y un perfecto conocimiento de su profesión

Traduciendo a nuestro lenguaje actual el léxico utilizado por Montes, yo diría que las tres principales cualidades que deben adornar a un torero serían: el valor, la técnica y el arte.

Añade el maestro de Chiclana que no será buen torero aquel que no posea esta cualidades y aconseja amigablemente a quien se encuentre en esa situación que busque otra profesión si es torero de oficio.

Volviendo a las tres cualidades básicas exigibles o necesarias para torear es evidente que no todos los diestros podrán reunir estas cualidades en grado sumo. Incluso en los grandes maestros del arte estas no se darán en la misma proporción. Habrá por ello toreros que destaquen por su valor, otros por su estética y finalmente otros cuya nota más acusada sea su técnica.

 

Tomas-Morante-Juli

Tres toreros de hoy (Tomás, Morante y el Juli) con distintos planteamientos y con distintas cualidades, lo que da variedad a la fiesta y evita la monotonía.

El valor

El valor es la condición básica y necesaria para torear sin la cual nadie podría llegar a ser torero, según Montes quien añade que “es preciso que no adelante hasta la temeridad ni atrase hasta la cobardía” Pues ambos extremos acarrearían desgracias y accidentes.

El valor que más se cotiza es aquel que “nos mantiene delante del toro con la misma serenidad que tenemos cuando este no está presente”. Es la sangre fría que nos permite discurrir y pensar delante de la cara del toro lo que debe hacerse en cada momento.

Joselito el gallo Banderilleando (Martinez de Leon) 001

El valor sereno es aquel que nos permite estar en la cara del toro como si no hubiera toro. En la foto, Joselito el Gallo uno de los toreros realmente más valientes de la historia quiebra a un toro (Dibujo de Andrés Martínez de León).

No obstante y aunque nada aconsejable, la historia del toreo está repleta de diestros que ganaron fama y posición por su valor inconcebible. Por sus alardes de valor. Toreros que asustaron a los espectadores de su época.

Entre los toreros que destacaron por su valor es paradigmático el caso de Frascuelo quizás el matador más arrojado de la historia. También destacaron y convirtieron esta cualidad en clave de su toreo diestros posteriores como Sánchez Mejías o el recientemente fallecido Diego Puerta (Dieguito Valor).

Diego_puerta_y_el_miura

Diego Puerta en una de las cogidas que le propinó Escobedo de Miura. Fue tal la emoción que se vivió esa tarde en la Maestranza que cuando el diestro ingresó en la enfermería fue recibido, en un hecho sin precedentes, por los facultativos con una ovación.

El valor desmedido fue también patrimonio, en tiempos pasados, de los grandes estoqueadores tales como Luis Freg, Martín Vázquez, Malla.

Diego Puerta estocada

En general, los toreros que han hecho gala de valor desmedido y han cimentado su fama en esta cualidad han destacado en la suerte de matar, como es el caso de Diego Puerta a quien vemos en una sensacional estocada en la plaza de Sevilla.

También ha sido cualidad propia de aquellos diestros que han intentado imponer su toreo a los toros (Montes, muy crítico con este planteamiento, lo definía como “intentar hacer una suerte sin estar el toro en la debida situación”. Yo matizaría: “Hacer la suerte esté el toro como esté”). Primero Espartero y Reverte y luego Belmonte, Manolete y José Tomás, por ejemplo, han sido paradigmas de este planteamiento.

Manolete Veronica

Manolete recibiendo al toro con su estilo parado y valiente

El arte

En los años en que Montes escribía (mejor sería decir dictaba) su tauromaquia no se conocía el concepto de arte entendido como elegancia o expresión estética .

Por ello, el diestro de Chiclana habla de ligereza y la define (en definición que a mí personalmente me encanta) como la agilidad necesaria para moverse pero puntualiza que no se trata de “estar moviéndose siempre de acá para allá” (eso es lo que se ha definido como diestro bullidor) sino la que permite (sobre todo en los embroques) hacer los movimientos correctos para evitar la cogida. Este tipo de agilidad –muy importante para el torero- no tiene que ver con la edad sino con la perfección de los movimientos, con el ritmo. Por eso ha habido diestros –Pedro Romero, Antoñete- que han toreado con éxito a avanzada edad.  

1885-06-15 Pedro Romero recibiendo un toro

Pedro Romero –ya anciano- recibiendo a un toro (Lámina de la Lidia 15 de junio de 1885)

Con la llegada de Lagartijo fue cuando se empezó a hablar de arte en el toreo. Pero de arte en sentido de estética y de elegancia en los movimientos. Pues antes la palabra arte iba más bien vinculado y se utilizaba en el sentido de oficio (conocimiento de las reglas de torear).

image

Con Lagartijo se empieza a hablar de arte en los toros. De él fue el primero de quien se dijo que merecía pagar el dinero de la entrada sólo por verle hacer el paseíllo.

Muchos han sido los toreros de Lagartijo acá, denominados artistas y que han destacado por su elegancia y empaque (otro vocablo precioso): Cayetano Sanz, Fernando el Gallo, Rafael el Gallo, Gitanillo de Triana, Cagancho, Pepe Luis Vazquez, Curro Romero, Rafael de Paula, y hoy día, Morante de la Puebla.

Pepe Luis Kiquiriqui (2)

Pepe Luis en un airoso kikiriqui.

La técnica

Pese a todo, la cualidad más indiscutiblemente necesaria para torear es la técnica. Lo que Paquiro denominaba “perfecto conocimiento de las reglas del arte” y que, según él (opinión que habría que matizar) es fácil de adquirir.

En cualquier caso, esta cualidad es necesaria para torear con perfección y quien no disponga de ella será víctima o estará a merced de los toros. En consecuencia, para Montes, la técnica es “la principal cualidad del buen torero” y debe ser su guía en todas las suertes sirviéndole el valor para que ninguna le arredre y la ligereza (el arte) para ejecutarla con seguridad y perfección.

Luis Miguel Becerrista 001

Una cualidad frecuente entre los toreros técnicos (Guerrita, Joselito,…) ha sido la precocidad pues aunque Montes decía que el conocimiento del oficio se adquiría (y añadía que con cierta facilidad), la intuición ha jugado siempre un importante papel. En la foto un jovencísimo Luis Miguel Dominguín de becerrista en la Monumental de Barcelona. El “niño” que, según Manolete, venía con la “escoba”.

Lógicas son estas apreciaciones de Paquiro pues no en vano fue reconocido como el primer torero técnico de la historia (El primero al que llamaron con toda propiedad maestro). Y al que han seguido (en lista donde lógicamente nos vamos a encontrar a algunos de los mejores diestros) toreros de la talla de Guerrita, Joselito, Marcial Lalanda, Domingo Ortega, Luis Miguel Dominguín, Paco Camino y, en nuestros días el Juli, entre otros.

Guerrita (2)

Si en la historia del toreo ha habido un torero técnico, aparte de Joselito, ese fue el cordobés Rafael Guerra “Guerrita”.

¿Valor, técnica o arte?

Si algo ha sido objeto de discusión en la historia del toreo es a quien se debe conceder supremacía. ¿Al torero largo y poderoso que puede con todos los toros o al artista, corto de repertorio, pero intenso y que triunfa sólo de tarde en tarde cuando sale su toro pero que ese día deja un recuerdo imborrable y emocionante? ¿O quizás al héroe que arriesga su vida sin trampa ni cartón dispuesto a todo, incluso a morir por conseguir la gloria del triunfo?

Dore El triunfo del espada

Le triomphe de l’espada (El triunfo del matador) de Gustavo Doré. ¿Que cualidad es la que lleva al torero al triunfo?

(Continuará…)