martes, 13 de mayo de 2014

El Disparate de Ferrera

Por Jose Morente

 

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Simbología de Ferrera en Sevilla: Un toro de Victorino Martín, una banderilla y un estoque clavado en la arena (Foto de Mauricio Berho para Mundotoro)

 

Aquello fue un sueño

Llegaba Juan Ramón Romero a entrevistar a Ferrera, dos horas después de finalizada la última corrida de feria de Sevilla, y se encontraba al torero en el hotel todavía vestido de luces. Ante la extrañeza del periodista, el diestro extremeño le confesaba que no había querido desvestirse para no despertar del sueño que había vivido esa tarde en la Maestranza.

Y efectivamente, la tarde había sido un sueño para Ferrera quien se encontró con un grandioso toro de Victorino Martín, “Disparate”, un toro con una clase y una profundidad en las embestidas excepcionales. Un toro para hacer el toreo soñado.

Que es, nada más y nada menos que lo que hizo el torero.

 

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Disparate en el campo (foto de la web de Victorino). Un gran toro con unas magníficas hechuras, fino y bien conformado. El toro de Sevilla. Un toro de ensueño 

La faena de Ferrera estuvo perfectamente planteada y construida de principio a fin y en todos sus detalles, como el de aumentar el número de muletazos de cada tanda cuando el torero ya sabía lo que podía dar de sí el toro. Por eso, no fue faena de menos a más, como se ha dicho, sino de más a mucho más.

Y, por eso, es por lo que fue calando en el tendido, de forma inexorable, hasta estallar en ese tramo final cuando la Maestranza enteraba bramaba de placer ante cada natural (ora con la izquierda, ora con la derecha) de Antonio Ferrera.

Hay faenas que se construyen desde el derroche de valor del torero y otras que se desgranan indolentemente en la arena cual partitura musical pero hay otras, de una rara y especial calidad que surgen del conocimiento. Del conocimiento de las reses y del conocimiento de las suertes. Ese fue el caso de la faena de ayer de Antonio Ferrera al toro Disparate de Victorino.

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Soñando el toreo. Ferrera con Disparate (Fotografía de Arjona para Aplausos)

 

Conocimiento de las reses.

El buen toreo exige el entendimiento pleno del comportamiento del toro, la cabal comprensión de sus terrenos y sus querencias, la adecuación a las peculiaridades de su encaste y a las propias de cada res.

Ferrera planteó el inicio de faena en los medios y en la media-larga distancia, con la muleta por arriba en el cite y con un trazo del muletazo en línea recta como queriendo enseñar a embestir al toro.

Hubo además mucha suavidad y templanza pues al toro de Victorino, no parecían sobrarle las fuerzas.

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Los primeros muletazos con la muleta por arriba en el cite. Mucho de todo. Mucha distancia, mucha firmeza, mucha longitud del trazo y, sobre todo, mucha suavidad y templanza. Lo que pedía el Victorino.

Luego, con la izquierda y con el burel ya muy centrado en la muleta, pues era toro de mucha fijeza, seguía el recital de buen toreo. Ferrera apostó y mucho por el toro y a un primer muletazo con mano alta le seguían los siguientes con la muleta ya puesta muy por abajo, con más de media tela apoyada en el albero, esperando la embestida del toro, sin toques, salvo un leve movimiento del pincho del palillo y subiendo la mano en los remates, lo que era lo más adecuado dadas las condiciones del toro.

 

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El cite para el segundo muletazo de cada tanda (y para los siguientes) con la muleta totalmente apoyada en el albero.

Es el mismo tipo de cite que le veíamos al Juli hace un año Aranjuez y que tanta polémica ocasionó en su día.

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El Juli en Aranjuez. Un cite sin complejos pues una muleta tan, tan baja exige descomponer la figura, como señalaba tan acertadamente Fernando Farfán en Facebook

Un cite muy comprometido pues el engaño se reduce a su mínima expresión, lo que disminuye la defensa del torero si el toro viene con la cara alta o hace un extraño. Es, por tanto, un cite que sólo es posible con un toro de enorme calidad (como el Garcigrande de Aranjuez o el Victorino de Sevilla) que no pida toques y con un torero de enorme valor y desparpajo que sea capaz de ponerla así y ahí. 

 

Conocimiento de las suertes.

El cite señalado tiene la virtud de que consigue el olé del público desde el inicio del pase mientras que, en un muletazo normal, el público jalea casi siempre el remate. Por eso, los olés del domingo sonaban tan largos a los oídos del espectador.

Como además el toro empezó a “gatear” al final de la faena, con una elasticidad y un temple inusitados los olés sonaban también muy profundos.

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Al final de faena, Disparate empezó a embestir “gateando”.

 

El problema de la estocada

Valoran los públicos y las Presidencias la prontitud en la muerte del toro más que la forma de ejecutar la suerte. No es buen criterio de adicionado pero responde a nuestra actual sensibilidad respecto a los animales. Los pinchazos en hueso hacen perder muchos trofeos a los toreros que, por ello, buscan evitarlos y, en consecuencia, proliferan las estocadas caídas y/o atravesadas. Como la que propinó Ferrera antes de agarrar una entera hasta la bola que fulminó al Victorino.

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Sentido natural después de la estocada (Fotografía de Mauricio Berho para Mundotoro)

Tenemos que cambiar de criterio y empezar a valorar la ejecución de la suerte. Un pinchazo en hueso ejecutando la suerte a ley tiene más mérito y debe valorarse más que una estocada entera pero habilidosa y mal ejecutada.

Belmonte en Madrid. cortó un rabo después de varios pinchazos. Tomemos nota.

 

Colofón

Antonio Ferrera dio, el domingo, una lección de lidia total, de buena dirección de lidia, en todos los tercios. Quede como ejemplo cuando mandó retirar un caballo herido. 

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Ferrera estuvo sembrado en todos los tercios (Fotografía de López&Matito para Burladero)

Para colmo, se encontró con Disparate y juntos nos brindaron una faena emocionante e histórica.

Una faena soñada.

 

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La faena de la feria. Antonio Ferrera da la vuelta al ruedo en Sevilla (Fotografía de Arjona para Aplausos)

4 comentarios:

Dario (gallarditos) dijo...

Gracias, por tu articulo que comparto con los socios del Club Taurino de Milan (mas de 100). He tenido la suerte de conocer a Ferrera cuando vino a Milan por su Premio a la Emocion, y pensar que habian socios que no estaban de acuerdo en esa entrega (que poca vista tienen, y pensar que van a los toros a menudo, seran como las mulillas que van a los toros todos los dias pero de toros no saben nada) No me estraNa lo sucedido porque he podido comprovar que es un gran hombre, con su filosofia de vida bien clara y su forma de ser se expresa en su toreo.

Jose Morente dijo...

Dario

En efecto, el Jurado tuvo sus más y sus menos sobre a qué o quien conceder el premio, entre otras cosas y por suerte, por la cantidad de momentos interesantes y emocionantes que vivimos esa Feria de Málaga del pasado año. El premio se le concedió a Ferrera pero la cuadrilla de Castaño, los toros de Victorino, la disposición de Padilla o la entrega del Juli fueron, en mi opinión, también dignos merecedores del premio concedido por el CTM.

Saludos

Anónimo dijo...

Y Ponce también


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Jose Morente dijo...

Malagueto:

En efecto, Ponce estuvo muy bien en Málaga. Muy, muy bien. Pero su faena que alcanzó cotas muy altas de estética y elegancia (no en balde fue premiada como mejor faena de la Feria por el Jurado que concede el Capote de Paseo del Ayuntamiento de Málaga)no tuvo el punto de emoción (en mi opinión) que tuvieron los momentos citados.

Y es que el premio del Club Taurino de Milán, se concedía al momento o hecho "más emocionante" de la Feria y no a la mejor faena.

Aunque es cierto que existe la emoción estética está claro que esta tiene otros matices diferentes de la emoción a la que nos referíamos en la entrada y que es la que premia el citado Club.

Saludos