lunes, 30 de abril de 2018

El año próximo, el año de Chicuelo (1919-2019)


28 de septiembre de 1919. Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Juan Belmonte concede la alternativa a un jovencísimo Manuel Jiménez Chicuelo (Fotografía Blog Dinastía Chicuelo)



MANIFIESTO CENTENARIO ALTERNATIVA DE CHICUELO (1919-2019)

El 28 de septiembre del próximo 2019 se cumplirán cien años de la alternativa en la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla de Manuel Jiménez Moreno "Chicuelo".
  
Una efeméride que no debe pasar desapercibida, porque Chicuelo conocido por su genial y personal aportación estética, plena de matices, gracia y singularidades, lo que le valió la admiración de los aficionados de la época, es también uno de los grandes “arquitectos del toreo moderno”.

A Chicuelo se deben no pocos lances geniales (y entre ellos la famosa “chicuelina”) pero sobre todo se le debe reconocer su aportación en el toreo al natural en redondo. Sus naturales ligados en serie, inspirados en los de Joselito el Gallo, sirvieron de modelo a Manolete, discípulo suyo. Con ellos, con Joselito, Chicuelo y Manolete, el decimonónico “pase en redondo”, sueño no logrado de los toreros del XIX (Lagartijo, El Gordito o Guerrita, entre otros) se convertiría en el moderno toreo ligado en redondo base, todas las tardes y en todos los toros, de la faena de muleta que hoy conocemos.

Chicuelo, a lo largo de su carrera, fue desarrollando su propio concepto del toreo, un concepto que, previamente ensayado y pulido en México gracias al entusiasmo de aquellos públicos y a la bravura bonancible de los toro de aquel país, estalló en colosal revelación iniciática un 24 de mayo de 1928 en Madrid, con su extraordinaria faena al toro “Corchaíto”, de la ganadería de Graciliano Pérez Tabernero, una faena a base de pases naturales ligados que algún crítico bautizó, acaso sin exageración, como la “faena más grande de la historia”.

Un grupo de aficionados venidos de Málaga, Córdoba, Toledo, Madrid, Zamora, Huelva y Sevilla, nos reunimos en Sevilla durante los días 27 y 28 de octubre de 2017, al amparo y cobijo de la familia de este grandioso torero que se llamó Manuel Jiménez “Chicuelo”, para recuperar su memoria y difundir y disfrutar con su legado. Hoy, los miembros de ese mismo grupo -junto a todos los que quieran unirse a nuestra iniciativa- solicitamos de la ciudad de Sevilla, “su” Sevilla, donde se doctoró, donde toreó casi un centenar de corridas y donde triunfó repetidas tardes (Chicuelo llegaría a cortar cuatro rabos en la Maestranza), que tome la iniciativa en la conmemoración de los cien años de su alternativa elevando su figura a los altares del toreo.

Por ello solicitamos respetuosamente al Ayuntamiento, a la Real Maestranza de Caballería, a la Universidad y a todas las Asociaciones taurinas de Sevilla que, durante el año 2019, se adopten cuantas iniciativas sean necesarias para poner en valor la figura de este gran torero, hoy injustamente olvidado.

En ese sentido, sería magnífico que Chicuelo pudiese figurar, como en su día Joselito y luego Belmonte, en la cartelería de la temporada taurina de 2019 de la plaza de la Maestranza. Es una petición que hacemos respetuosamente a la Real Maestranza de Caballería. Siendo la Maestranza la institución taurina de mayor prestigio en Sevilla, en España y en el mundo, entendemos que, asimismo, podría liderar, en colaboración con la Fundación de Estudios Taurinos de la Universidad de Sevilla y el Ayuntamiento de la ciudad de Sevilla, la realización de cuantos actos, jornadas, conferencias, exposiciones y publicaciones sean necesarias para recuperar y difundir adecuadamente el legado de este grandioso torero. Estamos convencidos que nuestra iniciativa contará con el beneplácito y la colaboración de todas las instituciones sevillanas citadas.


CHICUELO, POR TODO LO QUE DIO A SU CIUDAD Y AL TOREO, MERECE QUE SU CIUDAD Y EL TOREO SE LO RECONOZCA Y AGRADEZCA.


lunes, 16 de abril de 2018

Cuaderno de notas (CXXXII) Se apareció la Virgen

Por Joaquín Vidal




Fotografías: Arjona y Maestranza

"Aquello de que a los toros hay que ir a divertirse es una falsedad. A los toros hay que ir dispuesto a sufrir; provisto de lupa para comprobar la casta y la fortaleza de las reses, la integridad de sus astas, el discurrir de la lidia, el mérito de los lidiadores, la calidad de los lances, el correcto estado de la cuestión. Y si algo de todo esto falta, el aficionado conspicuo lo exigirá con la vehemencia que sea del caso; y si se cumple cabalmente, lo celebrará gozoso e incluso puede que entre en trance y crea que se le ha aparecido la Virgen..."